miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cambias... ¿no te das cuenta?

Pasar una temporada en otro lugar te cambia, aunque tu vida sea casi exacta en las dos zonas y crees que las diferencias son mínimas, cambias y tú inocente y crédula vuelves a tu ciudad pensando que eres la misma de siempre, la chica de la sonrisa en la cara.
Pero… ¿qué es lo primero que te encuentras? A tus amigos con otra cara, ¿lo primero que escuchas? Que has cambiado, que eres distinta, que no eres la misma…y entonces por tu cabeza se te pasa una pregunta… ¿en qué modo he cambiado?
Pasa el tiempo y te vas dando cuenta de que todo se está echando a perder, de que nada es igual, de que nada está bien y en ese momento de das cuenta, ya muy tarde, de que te has vuelto una gilipollas, un borde que no aguanta una pequeña mirada ni un insignificante comentario, haces como que pasas de todo pero en realidad de has vuelto más sensible, todo te afecta más que antes, intentas crear una barrera contra el mundo, una burbuja, un cristal, a la vista de todos transparente y tan solo tú sabes que está ahí.
Te han hecho tanto daño, has recibido tantos palos que te terminas acostumbrando, te vuelves masoca por el hecho de que sabes que después de la tormenta viene la calma, y por supuesto ahí que darle tiempo al mismo tiempo, que todo llega en su momento, entonces es cuando vuelves a sonreír pero de otra manera, ríes de un modo agrio y áspero…
Y llega tu amiga, tu mejor amiga, y que te dice…nada es como antes; y lo asimilas, lleva razón, cambie, he cambiado ahora soy desagradable y molesta y decido, decides cambiar de nuevo. Decides mejorar.
Gracias ayudarme. Te quiero como a nadie.
Sandra

1 comentario:

  1. Estoy mal precisamente porque un amigo ha cambiado demasiado... lo peor: mi mejor amigo. Gracias por tus animos ;) te sigo! XX

    ResponderEliminar