martes, 5 de julio de 2011

Empiezo a caer, caer, cayendo.

Te das cuenta, ya muy tarde, de que la personita más importante de todo el planeta, tu estrella más brillante, la que alumbra todos los días y todas las noches tu caminito, está cada vez preocupándose con menos intensidad de que dejes de tropezar con aquellas piedrecitas que obstaculizan el senderito por el que paseas, centellea con menos entusiasmo, por lo cual es más complicado visualizar aquel bache con el que te golpearás fuertemente la rodillas tras caer.
Y lo peor es saber que ya lo preveías con antelación y no hiciste nada, nada de nada, intuías casi con seguridad que ella echaría a volar y que en su travesía encontraría otro ser, otro corazón, otra alma, otra mirada, otro cielo, otra amiga, otra mejor amiga con la cual disfrutaría todos los ratos que tu perdiste, caíste vencida, derrotada. Lo habías perdido todo, tu todo, la habías perdido a ella.
¿Y cómo te encontrabas ahora? Perdida, desorientada, confundida, aturdida, despistada y además cobarde, por no atreverte a decir todo lo importantísimo que es ella para ti.
Tan sólo quiero decirle, que me perdoné todo, que olvide todas las lágrimas, que eliminé los momentos en los que dije que no me importaba, que no la quería, mentía, ¿sabes?

Sí, cuando decía que no quería a nadie, te engañaba, si porque por querer quería a muchas personas, pero en realidad lo que intentaba decir es que esas palabras se quedaban pequeñas, porque tú eres tan, tan grande que no cabes en mi corazón…
Y bueno, también decirte que aguardo que todos mis miedos dejen de parecerme cada vez más cercanos a la realidad.
Espero que el miedo a perderte, a creer que ya no me quieres, a verte con el corazón partido, a hacerte daño, a que me hagas daño, miedo a buscarte y no encontrarte, a que no respondas mis llamadas, a que me reemplaces para siempre, miedo a las distancias, a esta distancia, a que me olvides, a que no recuerdes nada, a verte sufrir, a no volverte a escuchar un te quiero, a no recibir más tus caricias, miedo a no poder regalarte más un beso, a no tener deudas de abrazos, a que tu mirada se apague, a que las influencias te cambien, miedo a que dejes de ser la misma, a que dejes de confiar en mí, a que no seas capaz de ver tus limites, espero que todos estos miedos sean irrealidades.

Miedo... te tengo miedo, por el simple hecho de que jamás sentí un lazo tan fuerte. Simplemente no se vivir sin ti, que a cada segundo me haces falta, que tú eres lo más bonito de todo el planeta, de toda la galaxia, de todo el universo.



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